Acuerdo por la herencia de Llongueras: la segunda mujer gestionará el imperio inmobiliario de Llongueras
Casi seis meses después del fallecimiento del estilista Lluís Llongueras (Esparraguera, 24 de mayo de 1936 – Barcelona, 29 de mayo de 2023), su viuda Jocelyn Novella ha asumido el cargo de administradora única de una de sus empresas más rentables. Llongueras falleció a los 87 años tras una lucha contra el cáncer, dejó una considerable herencia construida durante su destacada carrera como peluquero. Desde sus humildes comienzos a los 14 años como ayudante en la prestigiosa peluquería Can Dalmau, Llongueras destacó por su habilidad y visión empresarial, creando un imperio que factura más de 40 millones de euros.
Además de tener 120 salones con su nombre en todo el mundo, Llongueras decidió diversificar sus ganancias con la creación de tres empresas inmobiliarias. Su patrimonio ha sido objeto de deseo y disputa por los hijos que tuvo de sus dos matrimonios. Llongueras tuvo tres hijos con su primera esposa, Lolita Poveda (Esther, Adam y Cristina), y tres más con Jocelyn Novella (Adrià, Antoni y Yasmin).
El imperio inmobiliario de Llongueras
Tras su muerte, Novella ha asumido su papel como administradora única y socia mayoritaria de la inmobiliaria LlonLluis. Esta empresa, dedicada al alquiler de pisos, administra activos que superan los 10 millones de euros y facturó 350.000 euros en 2021. Aunque Novella y su hijo Adrià ya tenían poderes en la empresa, ahora será Novella, de 60 años, quien administre la inmobiliaria por sí sola.
No obstante, LlonLluis no es la única empresa del peluquero. También controlaba otra sociedad llamada Llujo&Llono, que será gestionada por Novella y su hijo Antoni. Esta empresa de alquiler de maquinaria y otros bienes no inmobiliarios obtuvo unos beneficios netos de 190.000 euros en 2021 y declaraba dos millones de euros en activos.
La tercera sociedad del imperio Llongueras es la inmobiliaria Cable, fundada en 1977, con activos que superan los 2,3 millones de euros. Novella y su hijo Adrià ya eran apoderados de esta empresa antes del fallecimiento de Llongueras. Además, hace cinco años, la familia vendió gran parte de su negocio a Franck Provost, propietario de Provalliance, una de las cadenas líderes de peluquerías en Europa.
El imperio de Llongueras, una empresa familiar, enfrenta ahora los retos legales y fiscales inherentes a la herencia, incluyendo el derecho a la legítima que tienen sus hijos. Esta situación legal asegura que los descendientes directos reciban una parte de la herencia, independientemente de las disposiciones testamentarias. La gestión del legado y la transición de la propiedad y el control de las empresas a las siguientes generaciones son aspectos clave en este proceso. La habilidad de Llongueras para aplicar con inteligencia los criterios del marketing más allá del ámbito estilístico, y su éxito en construir un imperio que factura millones, son testimonio de su visión empresarial. Con la administración de Jocelyn Novella, el legado de Llongueras, respetando los derechos legítimos de sus hijos, se espera que continúe su trayectoria de prosperidad.