Pratdesaba, afirma que este aumento de impuestos resulta contraproducente para el escenario actual ya que provoca un incremento de la presión fiscal que puede llegar a ser hasta de entre 6 y 10 veces más alta en una herencia.
El Parlament de Catalunya aprobó el pasado 20 de abril la Ley de acompañamiento a los presupuestos sobre medidas fiscales. Con estos nuevos presupuestos, y después de tres años de prórrogas permanentes, se prevén cambios en el IRPF, la creación de nuevos impuestos verdes y la modificación del impuesto de sucesiones o de donaciones.
El socio de Herento y presidente de la Asociación Catalana de Especialistas en Derecho de Sucesiones (ACEDS), Ramon Pratdesaba, ha cuestionado este último punto en una entrevista para el programa matinal de SER Catalunya Aquí amb Josep Cuní, ya que una de las principales consecuencias “es el aumento de la carga fiscal para las herencias pequeñas y medianas, aunque también ha empeorado la fiscalidad de la sucesión de las empresas familiares “.
Pratdesaba ha argumentado en la entrevista que, “si bien los presupuestos se tenían que aprobar antes del estado de alarma, fue un proceso que se suspendió y ahora han sido aprobados sin ninguna modificación, como si no hubiera pasado nada”. Tras la pandemia de la COVID-19, “las circunstancias económicas han cambiado y no todo el mundo puede afrontar un aumento de impuestos”.
Por ello, tal y como ha detallado, la ACEDS ha emitido un comunicado que pone de manifiesto la “fiscalidad exigente que se sufre en Catalunya, donde se paga más que otras comunidades autónomas en impuestos como el de sucesiones, patrimonio o IRPF, entre otros”.
El socio de Herento también ha afirmado que esta medida afectará sobre todo la clase trabajadora, pues el aumento del impuesto de sucesiones incide sobre todo en las herencias relativas a los patrimonios pequeños y medianos.
En otras palabras, según ha ejemplificado, si hasta ahora los hijos de 21 años o más que recibían una herencia cuantificada en, por ejemplo, 200.000 euros, tenían que contribuir con 180 euros, la cantidad a aportar tras la Ley de acompañamiento pasará a ser de 3.825 euros. En términos absolutos parece poca, pero supone incrementar 21,25 veces la cuota. Es decir, un aumento muy significativo de la presión fiscal.
Un sector que se encuentra entre las cuerdas
La situación se ha agravado con la pandemia del COVID-19 y pone al sector que tiene a su cargo el proceso sucesorio contra las cuerdas: “Actualmente, y por cuestiones sanitarias, los notarios no pueden entrar en hospitales y residencias, por lo que se presentan dificultades prácticamente insalvables en la redacción de las últimas voluntades”, ha precisado Pratdesaba.
En este contexto, la única solución que les queda a las personas que quieren hacer testamento es la de acudir al testamento ológrafo, figura en desuso, pero que de la mano del Covid-19 ha vuelto a recuperar su protagonismo.
En paralelo también se ha generado un colapso del registro civil que retrasa de manera significativa la tramitación de las herencias, ya que lo primero que necesitan los profesionales tras un fallecimiento es el certificado de defunción. Así lo ha explicado Pratdesaba:
“Cuando muere una persona sus saldos bancarios y activos quedan bloqueados, por lo tanto, no se puede disponer de su patrimonio hasta que no se ha hecho la escritura de la herencia y pagados los impuestos. Sin el certificado de defunción no podemos llevar a cabo dichos trámites y el proceso queda bloqueado”.
El impulso de una tramitación online que facilite las intervenciones a distancia
A este hecho se le añade la complicación añadida de que el Ministerio de Justicia decidió reducir considerablemente el número de funcionarios capaces de atender el colapso producido no solo por los nacimientos, sino también por las múltiples defunciones causadas por la pandemia.
Tal y como ha detallado Pratdesaba, “Catalunya es el territorio europeo donde se hacen más testamentos; un 80% de la población catalana fallece con los testamentos ya hechos. Por lo tanto, la demanda es mucho más alta que en cualquier otro país o comunidad autónoma”.
Ante esta situación, la ACEDS, como ya hemos dicho, promueve la utilización de testamentos ológrafos, como única solución a la espera de que se legisle sobre la admisión de las últimas voluntades por vía telemática.
Para promover la iniciativa, los notarios han presentado un proyecto al Ministerio de Justicia, por parte de quien esperan una respuesta, que busca proporcionar nuevas facilidades a los ciudadanos para la válida expresión de sus últimas voluntades.
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