Si deseas saber cómo anular un testamento, es posible que puedas hacerlo si éste no cumple con ciertos criterios. En general, un testamento puede ser anulado si se demuestra que no se creó de acuerdo a las leyes de testamentos del lugar en el que se creó, si fue creado bajo coacción o fraude, o si el autor del testamento lo revocó de alguna manera antes de fallecer.
Existen diferentes situaciones que pueden provocar la impugnación de un testamento para repartición de la herencia.
Un testamento es un documento oficial en el que el testador establece el destino que se ha de dar a sus bienes una vez haya fallecido. Los testamentos habitualmente se realizan ante notario. La única restricción para el testador es respetar el derecho a la legítima que es la parte de la herencia que deben percibir sus herederos naturales, del resto puede disponer como quiera.
Para que un testamento sea válido debe cumplir con una serie de requisitos legales de acuerdo con el Código Civil español, sin embargo puede ser impugnado lo que conllevaría la nulidad del mismo aunque no es un procedimiento sencillo y se circunscribe a determinadas circunstancias:
Casos en los que se puede anular un testamento
Por norma general, existen cuatro causas que pueden provocar la impugnación de un testamento. Con uno solo puede bastar, aunque también existe la posibilidad de que haya concurrencia entre alguno de ellos. Así, los profesionales de ‘Testamento y Herencias‘ resaltan los principales motivos que pueden derivar en la nulidad del testamento:
- Heredero forzoso excluido: Si el testador ha excluido a un heredero forzoso, al que realmente le corresponde parte de la herencia por ley, el testamento puede ser nulo. En este caso, la reclamación de impugnación le corresponde al heredero excluido.
- Errores en la redacción del testamento: La inmensa mayoría de los testamentos son redactados ante notario y consiguientemente suelen estar bien redactados. Sin embargo, existen otras modalidades que pueden tener errores de redacción. Si estos errores comportan defectos de forma, el testamento podría ser impugnado y anulado.
- Coacción y plenas facultades mentales: El impugnante debe demostrar que el testador no se encontraba en plenas facultades mentales en el momento de la redacción o que el testamento se realizó bajo coacción. En estos casos también se puede conseguir la nulidad del testamento.
- Falsificación: Es una situación poco común, que debe demostrar el impugnante, pero si lo consigue también puede dar lugar a la nulidad del documento.
Los expertos en la materia advierten que existen diferentes problemas que dificultan la impugnación de un testamento. Entre ellos, el desconocimiento que provoca que se pasen los plazos y los motivos de peso para que tenga lugar porque la nulidad la acción de impugnación o reclamación, según el artículo 1.963 del Código Civil, no se puede iniciar si han pasado 30 años desde que los herederos legítimos hayan tomado posesión efectiva de los derechos hereditarios.